Infecciones en prótesis articulares. ¿Por qué se infectan?

[:es]Los reemplazos articulares son cirugías excelentes que ayudan a que personas con daños articulares irreversibles, puedan recuperar su independencia nuevamente y sin dolor después de este tipo de procedimientos. Sin embargo, no están excentas de complicaciones.

En USA para el 2030 el número de prótesis articulares superará en un 600% a la actualidad, por lo tanto conocer y saber cuales son los riesgos de este tipo de procedimientos es imperativo para, de ser posible, disminuirlos al máximo.

Una prótesis de rodilla o cadera tiene un riesgo de infección de aproximadamente 1 a 2%. Es decir, que de cada 100 prótesis 1 a 2 inevitablemente se infectarán, no importa lo que hagamos, por lo tanto, todo el esfuerzo que realicemos nunca será en vano en pro de evitar una infección. Un paciente con una infección periprotésica es una catástrofe tanto para el paciente como para el médico que lo atiende. Genera un desgaste físico, económico y emocional para ambos, sin mencionar, que el hecho de tener una prótesis infectada, supedita al paciente afectado a tener por lo menos 2 cirugías más después de diagnosticada la infección.

El estudio preoperatorio del paciente es vital para disminuir al máximo estos riesgos, y una lista de chequeo previene dejar cosas sin evaluar. Un ejemplo es el siguiente:

  1. Hemograma: pacientes con anemia y riesgos de transfusión aumentan el riesgo
  2. Urinalisis: infecciones de orina sintomáticas ponen en riesgo la prótesis
  3. Evaluación dental: caries o lesiones dentales no ayudan y deben ser tratadas previo al procedimiento
  4. Evaluación nutricional: deficiencias de albúmina aumentan el riesgo de infeccioón
  5. Isopado nasal por posible portador de Estafilococo aureus en cavidad nasal.
  6. Coomorbilidades: pacientes con insuficiencia renal, diabéticos o inmunosuprimidos por enfermedades autoinmunes, como artritis reumatoide, aumenta el riesgo.
  7. Antecedentes de infecciones articulares previas
  8. Antecedentes de infilitraciones articulares cercanas al procedimiento
  9. Tabaquismo intenso
  10. Alcoholismo

La preparación desde días antes del procedimiento con baños con jabón de clorhexidina, también ha demostrado disminuir los índices de infección.

Durante el procedimiento quirúrgico, se toman todas las medidas posibles de asepsia y antisepsia, empezando desde el antibioótico profiláctico, hasta el cierre total y cobertura de la herida.

Hay estudios recientes que han demostrado que la deficiencia de vitamina D, es un modulador innato de la respuesta inmune, y que pacientes con deficiencia de esta vitamina, tienen un mayor riesgo de sufrir sepsis de cualquier tipo, por lo que en cirugías de prótesis articulares, se han comenzado a adoptar medidas, realizando el estudio pertinente para evaluar sus niveles y de ser así corregirlo previo al procedimiento.

El grado de obesidad es directamente proporcional al riesgo de tener complicaciones posterior a una intervención de este tipo. En diferentes latitudes del mundo, muchos cirujanos han optado por no correr el riesgo de operar a pacientes en obesidad mórbida (IMC >40) debido a la gran posiblidad de complicaciones postoperatorias que estos pacientes pueden tener, por lo que este tipo de pacientes son inicialmente referidos a una consulta de cirugía bariátrica y en un futuro son reevaluados por un eventual reemplazo articular.

En conclusión, la cirugía protésica de rodilla y cadera tiene resultados excelentes a largo plazo, sin embargo, parte del éxito recae en saber evaluar el paciente previo al procedimiento. No deje pasar ninguno de estos consejos por alto, y solicite una valoración completa e integral previa a la cirugia. Esto ayudará a evitar riesgos innecesarios y tanto su cirujano como usted estarán felices y conformes al final del proceso.[:]