Las personas creen que el hecho de tener un gancho o algo con forma de punta en la zona ósea del talón, es la posible causa de su dolor talar. Sin embargo, la realidad es otra.
1 de cada 10 personas tiene espolón calcáneo, sin embargo, solo 1 de cada 20 (5%) con espolones, tendrá dolor en el pie. Debido a que el dolor no es la causa de la fascitis plantar, el dolor puede ser tratado sin tener que remover el espolón.
Hay estudios que sugieren que según el tipo (más vertical u horizontal), tamaño de espolón y su relación con la inserción de la fascia plantar (proximal o distal), podría estar relacionado con mayor o menores síntomas en personas que ya tienen dolor. Entonces dicho esto, el tratamiento es el mismo al de la fascitis plantar, independientemente de si hay o no, un espolón.
Por lo tanto, una causa común de consulta es ese dolor en el talón que típicamente es más intenso al iniciar la marcha y, que después de un rato de caminar mejora o desaparece. A esta condición le llamamos Fascitis Plantar, y ocurre cuando la banda fuerte de tejido que sostiene el arco de su pie sufre irritación e inflamación.
En la mayoría de los casos, se desarrolla sin una razón especifica ni identificable. Hay, sin embargo, muchos factores que pueden predisponer a esta condición. Algunos ejemplos son:
- Retracciones del tendon de aquiles y complejo gastrosoleo
- Obesidad
- Un arco muy pronunciado (pie cavo) o un pie plano
- Actividades de impacto repetitivo o aumentar la intensidad del deportes
Mujeres y hombres se afectan por igual.
- Estiramientos de la fascia plantar, tendón de aquiles y gemelos
- Antiinflamatorios
- Taloneras en gel
- Fisioterapia
- Incluso hasta una infiltración en casos que no mejoran
En casos refractarios a cualquier tratamiento no invasivo y que el dolor no mejora, podría realizarse una liberación de la fascia plantar mediante una fasciotomia.
