Las lesiones deportivas se pueden clasificar en 2 tipos. Las agudas, que ocurren normalmente de manera traumática durante el ejercicio, y las crónicas o por sobreuso, que ocurren a lo largo del tiempo mientras nos ejercitamos. Un esguince del tobillo o una luxación puede ser un ejemplo de una aguda, y una tendinitis es un ejemplo de una por sobreuso.
Las lesiones por sobreuso, se pueden producir por diferentes razones, algunas de las más comunes son:
- Mala técnica
- Equipo inadecuado o desgastado
- Incremento intensidad, volumen o frecuencia de la actividad
- Lesión aguda no tratada
El manejo inmediato de las lesiones agudas se realiza siguiendo la siglas PRICE, lo cual significan:
- P – protección
- R – reposo
- I – hielo
- C – compresión
- E – elevación
El tratamiento de las lesiones crónicas requiere la evaluación de un especialista en el tema, para poder definir cual es la opción terapéutica más adecuada. El punto clave en evitar lesiones por sobreuso es saber identificar nuestros límites y de esta manera se evita caer en el error de querer hacer más de lo que el cuerpo puede soportar. Es importante recordar que el cuerpo no esta diseñado para hacer deporte, y que requiere un proceso de entrenamiento y adaptación progresivo para lograr hacerlo de manera divertida y saludable.
Si tienes alguna lesión deportiva, no te automediques. Busca tratamiento especializado.
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